Creación grupal. Dirección: Ana De Petre. Con Juan Carlos De Petre y Luz De Petre. Grupo Altosf (Venezuela). 4 de mayo al 15 de junio
Grupo Altosf (Venezuela)
Creación grupal
Con
Juan Carlos De Petre
Luz De Petre
Dirección: Ana De Petre
Espectáculo sin intervalo
Duración: 55 minutos
CELCIT. Temporada internacional 2012-2013
El amor reclama pertenencia. Conservar lo amado: condición propia del acto. Desposesión, separaciones o pérdidas. Y con ello dolor y caos. Recomponer el cuadro, llenar aquél rincón vacío, armar nuevamente la realidad propia fisurada. En el vértigo del desconcierto se buscará entonces fundar un nuevo orden. Ante la comprensión de este proceso nace aquella verdadera esperanza que no es ilusión sino causal y consecuencia de la afirmación de vivir. La situación caótica se convierte así en sustancia iniciadora de la creación. El secreto se disfraza de formas simples, obligando a despertar los sentidos. La complejidad de la materia se reduce a cifras, la estructura del universo a fórmulas, los destinos de civilizaciones a figuras. Esto también sucede en la vida cotidiana, detrás de gestos, de silencios, de miradas, de lo que se dice o se calla, se muestra el misterio de los seres y su existencia.
El Teatro Altosf nace en Venezuela en 1976. Desde entonces se ha dedicado a la formación, producción y difusión de su particular trabajo creador. El Teatro Altosf, tiene como premisa básica el descubrimiento de la obra a partir del material interno de los participantes (actores); el teatro se convierte entonces en un procedimiento específico del que se deriva el hallazgo no sólo del montaje sino también del actor quien resulta, al mismo tiempo, conquistador de sus propias tierras y dramaturgo de su rol. De esta forma, Teatro Altosf es creador de sus propias obras, las cuales han sido presentadas a lo largo de su importante trayectoria en diversas partes del mundo. Este método de trabajo fue creado y desarrollado por Juan Carlos De Petre, autor del libro "El Teatro Desconocido" que es la condensación literaria de su propuesta desarrollada a través de más de treinta años. Permitirle al teatro que se revele como la vida misma, y de esta visión beber el aprendizaje para trasmitirlo a otros hombres, es la misión del verdadero creador.
Juan Carlos De Petre y su obra Caos y otras esperanzas. El actor, dramaturgo, ensayista, poeta y director santafesino, radicado en Venezuela desde 1976, donde creó el Teatro Desconocido, presenta hoy, junto a su esposa Ana y su hija Luz, la única función local de su espectáculo más reciente.
¿Cómo anticipar una obra que se presenta a sí misma como “un desafío a la lógica”, en tanto se interna en el caos, sugerido por el título? Pero algo nos dicen sus personajes, un padre y una hija, “condicionados por la partida de ella y el intento de él por retenerla”. La obra del premiado Grupo Altosf, de Caracas (Venezuela), se denomina Caos y otras esperanzas, y podrá verse en única función hoy domingo a las 20, en el Teatro Celcit (Moreno 431), a modo de cierre de una gira realizada por ciudades de Santa Fe y Entre Ríos. El elenco está conformado por Luz De Petre y su padre, Juan Carlos De Petre, actor, dramaturgo, ensayista, poeta y director santafesino que emigró a Venezuela en 1976, tiempo después de haber presentado obras como La patada (con puesta de Roberto Durán), prohibida durante la dictadura del general Juan Carlos Onganía.
De Petre prosiguió su tarea artística en Venezuela, donde creó una técnica actoral reconocida en el mundo. Realizador, junto al Grupo Altosf, de numerosas obras, algunas presentadas anteriormente en la Argentina, como Tres de copas, Engracia, Los intérpretes y El desordenado vuelo de las mariposas, trae ahora este trabajo que dirige su esposa, Ana De Petre. Sus montajes, basados en lo que ha dado en llamar Teatro Desconocido (también título de uno de sus ensayos), han sido invitados a festivales internacionales de Polonia, República Checa, Francia, España, Holanda, Grecia, Finlandia, Uruguay, Brasil, Colombia y Estados Unidos.
Para De Petre, “el caos es el estado normal de la vida” y toda situación caótica “se convierte en sustancia iniciadora de la creación”, no hay razón para alarmarse. En diálogo con Página/12, junto a Luz, señala aspectos de su técnica: “Partimos de lo que llamo Teatro Desconocido, un desaprendizaje, una especie de blanqueo necesario para alcanzar un estado de inocencia frente al trabajo: el actor se para en el espacio sin ningún tipo de consigna, parte de sí mismo y emite códigos, una palabra, un gesto, un silencio... Todo eso es un caos, y lo registramos. Este acopio de material y la forma de estructurarlo puede llevar año y medio”, apunta.
–¿El caos no deviene necesariamente en confusión?
Luz De Petre: –No. Lo que produce la obra es claro, y lo más atrayente, para mí, es la variedad de mundos que se arman y desarman. Existe una línea central desde el comienzo hasta el final, pero también un montón de historias que se atan y desatan y le dan gracia a la obra, además de un movimiento acelerado, porque cada instante es nuevo, como en la vida.
–¿O sea que no le escapan al entorno?
Juan Carlos De Petre: –Ni a los gestos, ni a los silencios... En general se habla de caos y se piensa en lo social, en los conflictos, las guerras... y no en la interioridad que descontrola, nos atemoriza y nos lleva a refugiarnos en “el orden establecido”, que es mortal. Por eso, parte de nuestro método de trabajo es destruir lo que va quedando de los montajes anteriores. La mayoría tiende a repetir formas, cuando lo interesante es romperse y armarse de otra manera, porque de esa práctica nace una enseñanza. Algunos olvidan que el teatro es un camino de conocimiento. También lo es para el poeta o el escritor que al iniciar un texto no sabe exactamente qué va a escribir.
–¿Cuál es esa enseñanza que “nace”?
J. C. D. P.: –La del descubrimiento que se produce a través de la acción y el deseo de “no quedarse”, porque uno tiende al ostracismo y así no se oxigena. Pretendemos que Caos... sea una obra sencilla, un desafío en un momento en que el teatro es ganado por lo espectacular. En nuestro grupo, ninguna persona actúa sin haber cumplido tres años de aprendizaje, porque el trabajo debe ser preciso y la técnica debe contener una idea del ser humano. Muchas veces se olvida que el teatro es un arte para hablar de lo humano, para comunicar y encontrar formas de relación con la vida. Esa ha sido, ante todo, la propuesta de los grandes creadores, y cada uno lo ha logrado a su manera, como Bertolt Brecht, Jerzy Grotowski, Konstantin Stanislavski, Eugenio Barba...
–¿La necesidad de plantear cuestiones esenciales se conecta con la propia experiencia? El hecho de verse obligado a emigrar, por ejemplo...
J. C. D. P.: –Acá uno patalea, grita... y subsiste la idea de que en otros lugares es distinto, que no pasa nada, pero no es así. También en otros lugares las personas estallan, aunque de otra forma. En uno de los talleres que organicé en Helsinki (Finlandia), pedí a la gente que se abrazara de modo franco, cuerpo a cuerpo. La reacción de algunos fue llorar porque –dijeron– era la primera vez que se abrazaban entre desconocidos.
L. D. P.: –A diferencia de los venezolanos, que son tan abrazones, para esas personas era algo nuevo.
J. C. D. P.: –Romper con lo que ha cristalizado es vital.
–¿De ahí surgen “las otras esperanzas”, previstas en el título?
J. C. D. P.: –La esperanza está contenida en el caos, ante el cual no hay que cerrar los ojos sino aprovecharlo. Algo semejante pasa con el vacío. Una de nuestras prácticas es “tocar el vacío”. Cuando uno dice que está harto de su trabajo, que se siente vacío, desilusionado... no debería pensar que ese estado es negativo. Es mejor sentir esos cimbronazos que disimular o aparentar, que es además un estigma en el teatro. Se dice comúnmente “no hagas teatro”, no engañes.
–¿Cuál es la alternativa? ¿“Destruir” esa teatralidad?
J. C. D. P.: –Los grandes creadores lo han intentado. Esa es una vieja historia.
L. D. P.: –A pesar de ese estigma, los trabajos pueden ser nuevos si se descubre algo que antes no conocíamos. Las acciones no son un artificio cuando se trabaja desde adentro hacia afuera.
J. C. D. P.: –Ahí es cuando aparece el problema de la libertad del actor y la del director en su planteo, porque dirigir no es señalar al actor o a la actriz dónde colocarse sino ser “un organizador filosófico”. Cada actor es una persona libre, pero el grupo no es la suma de las partes sino un organismo diferenciado. Cuando ese organismo se rompe es porque alguien creció, otro se quedó y otro tuvo una crisis, ante la que no hay que hacerse el tonto sino enfrentarla, porque crisis significa crecimiento.
–¿Cómo es esa crisis en una actriz joven?
L. D. P.: –Con este sistema, empiezo mi trabajo con una crisis. Esto lo heredé de mi padre. Siento que no tengo piso, pero me interesa recorrer ese camino que, además, puede aplicarse a cualquiera otra rama artística. En el grupo, que inicialmente era sólo de teatro, investigamos en muchas áreas. También estoy en el área de cine, y mi hermana, Octavia, que es actriz y psicóloga, tiene como especialidad la Psicología del trabajo creador. En nuestro Centro de Investigación de Colonia Tovar se estudia literatura, que nosotros llamamos palabra; música, que denominamos sonido, y danza, para nosotros, movimiento.
J. C. D. P.: –El Centro está en una zona montañosa, a 1800 metros de altura. En otro tiempo se instaló allí una colonia de alemanes provenientes de la Selva Negra. Cuando llegamos, en 1976, no teníamos nada, tampoco electricidad. La gente del grupo fue construyendo sus casas y armamos una comunidad. Lógicamente tenemos problemas, pero los vamos superando. Cumplimos 36 años de permanencia y no nos destruimos. Mantener un grupo no es sencillo, porque en teatro uno está obligado a compartir.
* Caos y otras esperanzas. Creación grupal del Teatro Altosf, de Caracas (Venezuela). Con Juan Carlos De Petre y Luz De Petre. Vestuario y dirección de Ana De Petre. Unica función hoy a las 20, en el Teatro Celcit, Moreno 431 (tel. 4342-1026). Entrada: 70 pesos. Estudiantes y jubilados: 50 pesos.
El grupo Altosf, de Venezuela, presentará mañana, en el CELCIT, Caos y otras esperanzas, dirigida por Ana De Petre.
Lejos de todas sus connotaciones negativas, el caos también puede convertirse en un camino creativo y en una forma de encontrarse. Éste fue el estímulo que eligieron los integrantes del grupo teatral venezolano Altosf para Caos y otras esperanzas, el montaje de creación grupal que presentarán mañana, por única función, en el CELCIT. La pieza aborda el vínculo entre un padre y una hija, y plantea un esquema narrativo en "permanente ruptura".
"Lo único que se sabe es que es un padre y una hija. Pero ese padre y esa hija juegan con la realidad permanentemente. Trasciende el problema del vínculo familiar", asegura Juan Carlos De Petre, uno de los protagonistas.
Otra de las particularidades de esta propuesta es que los protagonistas, Juan Carlos y Luz De Petre, son padre e hija en escena y en la vida real y, por si éste no fuera desafío suficiente, el tríptico creativo se completa con Ana, esposa y madre de los dos protagonistas, quien dirige la pieza.
"La anécdota de la obra es secundaria, porque lo importante no es el hilo narrativo sino lo que está detrás. Eso que se arma y se desarma, el caos", dice Luz quien, con respecto a la experiencia de trabajar junto a sus padres, agrega: "A mí lo que me sucede es que me cuesta encontrar una diferencia entre estar en el escenario y estar detrás. Es interesante, porque es muy familiar y natural el vínculo".
Para los impulsores del grupo Altosf, la exploración del caos no sólo tiene que ver con esta obra en particular sino también con un abordaje del trabajo y de la vida misma. "En un momento de la obra yo digo que quizá Dios puso el caos para obligarnos a ser creadores. Y es verdad. La vida nuestra es otro tipo de vida. Una vida dispuesta a las sorpresas. Incluso las planificaciones de giras, para nosotros, son siempre una epopeya", cuenta Juan Carlos.
Caos y otras esperanzas llega a Buenos Aires luego de haber realizado funciones en Santa Fe y Paraná, y de presentarse en festivales internacionales en Venezuela, en ciudades del País Vasco y en Barcelona. El año que viene el grupo regresará a la Argentina con la misma pieza.
En busca de la libertad
El teatro Altosf nació en Venezuela, en 1976, por un impulso de Juan Carlos De Petre, un actor oriundo de Santa Fe que se propuso crear su propio método de creación y formación teatral. "El trabajo tiene como base la investigación, la búsqueda de lenguajes teatrales originales -explica Juan Carlos-. Del desconocimiento parte la obra. Y surge de lo grupal, porque si realmente se forma un grupo de trabajo, ese grupo se transforma en un organismo viviente, sin que nadie quede borrado".
Pese a que rindió sus frutos artísticos, la partida de Juan Carlos y su esposa a Venezuela no fue precisamente deseada. Según cuenta el artista, decidió dejar el país por el clima de persecución que imperaba en aquel entonces.
"En la época de Onganía estuve preso en Devoto junto con el resto del grupo de teatro en el que estaba. Yo siempre digo que con esa experiencia me recibí de persona, porque realmente aprendí lo que es vivir en una situación límite -cuenta-. Después vino la amnistía. Al tiempo, cuando ya estábamos en Buenos Aires instalados, empezó a gestarse la Triple A y nos fuimos a Venezuela con todo el grupo."
Si bien Venezuela significó "la libertad", Juan Carlos asegura que no hubo un sólo día en el que no soñara con regresar a su país. Hoy, él y su familia proyectan llevar una vida entre Venezuela y Argentina, vida que seguro tendrá al teatro como gran unificador.
El grupo Altosf lleva su nombre por un pueblo de Venezuela llamado Altos de Santa Fe. Cuenta con su propia sala en el centro de Caracas, un centro de formación y experimentación en las afueras de la capital venezolana y alrededor de 50 integrantes. Según cuentan Luz y Juan Carlos se formó, en torno a él, una suerte de comunidad. "Hay algunos que se han hecho sus casas cerca de la sede que está en las afueras de Caracas. Es todo muy familiar", dice Luz.
La función de Caos y otras esperanzas será mañana, a las 20, en el CELCIT (Moreno 431). En su paso por Buenos Aires, Juan Carlos De Petre dictará esta semana, también en el CELCIT, un taller llamado El conocimiento creador.
con María Inés Falconi
1º de abril al 31 de julio
Martes de 19 a 21 (quincenal)
con Teresita Galimany
3 de abril al 29 de mayo
Miércoles de 19 a 21
con Carlos Fos
1º de julio al 30 de septiembre
Martes de 19 a 21
con Malena Graciosi y Josefina de Cara
2 de mayo al 31 de julio
Jueves de 9 a 10:30
con Cintia Miraglia
3 de junio al 22 de julio
Lunes de 17 a 19