Por Ana Goutman
En los aciagos días de 1976, recién llegada a México, fui a visitar a Rodolfo Valencia, creador del teatro campesino que retomó el teatro indígena. Su presencia concentraba la fuerza y el impulso que lo llevaron a realizar las aventuras que marcaron la actividad teatral de este país.
Luego de los años de estudio en la carrera de teatro de la Universidad Nacional Autónoma de México, Rodolfo Valencia colabora como ayudante de dirección de Ignacio Retes y de José Revueltas y debuta como actor profesional. Extiende su actividad a las academias, la participación en los teatros oficiales, es adaptador de varias obras y maestro en el "Estudio de Artes escénicas" fundado y dirigido por Seki Sano.
El maestro ruso japonés que residía en los EE.UU. decidió su destino aquí en México en los años de Lázaro Cárdenas. Propuso un aprendizaje del lenguaje teatral para un arte nuevo fundador cuyo lema era "un teatro del pueblo y para el pueblo".
Próximo a Stanislavski, transformó la escena mexicana pero desarrolló su propio sistema. Dice Rodolfo Valencia que para el director Seki Sano la creación escénica incluía no sólo el resultado de la lectura del texto sino una muy elaborada partitura de dirección que abarcaba hasta la totalidad de la concepción del espectáculo. Se sabe que Seki Sano trabajó junto a Meyerhold y desarrolló una teoría del desplazamiento de los actores en diagonales sobre el espacio escénico. Este se abría como un abanico produciendo imágenes significantes en relación con el contenido de su discurso teatral y rompiéndolo con frecuencia e inusitadamente en forma por demás dramática. (Tesis/p.108) (2)
Invitado por el Gobierno Revolucionario de Cuba Rodolfo Valencia funda y trabaja como director artístico del "Teatro musical de la Habana". Durante seis años (1962-67) colaboró en la formación de actores, directores y en la organización de espectáculos en el Teatro Nacional, también en La Habana.
De regreso a México ingresó al Centro Dramático de Bellas Artes y a la Escuela Nacional de Bellas Artes para continuar su tarea con la finalidad de concretar la formación de grupos en un campo diferente al de la "profesionalización".
La actividad de Rodolfo Valencia atrajo la atención de Eraclio Zepeda, cuentista chiapaneco, quien en su función en "Bodegas rurales" le presentó la posibilidad de llevar a cabo el proyecto de un teatro campesino con estudiantes de Bellas Artes. Era el año 1969:
Nunca enseñé a actuar, sólo a conocerse y así a desinhibirse, porque sólo lo que mueve emotivamente se canaliza creativamente.
¿Podemos pensar en algo más sutil y subjetivo que el intangible resultado de la lectura de un texto y, al mismo tiempo, de algo más alejado de la ilustración que el resultado de las distintas lecturas que podemos hacer de este texto a lo largo de nuestras propias vidas?
Aquí desaparece toda posible objetividad para dar cauce a la subjetividad como expresión del ser del creador en el casi mágico acto de convertir algo que es - el texto dramático - en otra cosa: teatro, sin dejar de ser lo que es.
Cada creación es en sí misma y por sus propios méritos. Así entendido, en el teatro popular campesino lo que leíamos era la cultura, los problemas socioeconómicos e individuales de los miembros del grupo. De esta lectura surgían los conflictos que enfrentan a los seres humanos entre sí (Tesis/p.109).
A partir de 1970 Rodolfo Valencia es el Director artístico del Programa de Teatro de Orientación Campesina de CONASUPO (Consejo nacional de suministro popular) y posteriormente es el director de "Arte escénico popular" de la Secretaría de educación pública. El trabajo que allí realizaba consistía en la elaboración del texto de acuerdo con los intereses e inquietudes del grupo de actores. Aquí su testimonio:
Recorriendo la alta Mixteca en Oaxaca, en época de carnaval, vi en Juxtlahuaca "La danza de los rubios" una danza con diálogo sobre el viaje que hacía un grupo de vaqueros para llevar el ganado hasta Puebla, donde una parte era enviado por tren para ser embarcado en Veracruz, y otra, a la ciudad de México.
El ganado era propiedad de "Los Rubios" nombre de la danza. Cuando la observé por primera vez pensé que por su dramatismo, algún día la utilizaría en un espectáculo teatral. Algunos años después, releyendo a Lope de Vega en "La estrella de Sevilla" decidí que el texto era casi perfecto para sustituir el diálogo de los danzantes por el drama atribuido a Lope.
Las fuentes y formas de la creación escénica son infinitas; tantas, como las posibilidades de lectura del universo mundo. (Tesis/p.110).
Esta obra que cita Rodolfo Valencia en un artículo publicado en la Revista de Investigación teatral (México, 2005-2006) se estrenó en el teatro Juan Ruiz de Alarcón de la UNAM en 1989 con la dirección y actuación del propio Valencia.
Los fundamentos teóricos del método de Rodolfo Valencia se concretan, al paso de su colaboración con el maestro Seki Sano, en la observación de un fenómeno que veía repetido en los actores: tal era las limitaciones para liberar los medios expresivos.
Se trata de la "conversión escénica" del actor en personaje. Valencia considera que las nociones de "personaje" y "cuarta pared" son formas de ocultamiento que tuvieron su vigencia en otro momento histórico. Porque hoy podemos decir que cuando un actor cede a la idea del personaje, también impide el conocimiento de sí mismo en la actuación. Esto suscita otra de sus reflexiones: qué sucede cuando el actor le dice al director "yo no lo siento así". Estas observaciones lo llevaron a revisar las teorías de Stanislavski.
De sus lecturas de Freud desecha la práctica terapéutica para la preparación del actor y recurre en un momento dado a la reflexología de Pávlov. Luego se dedica a conocer a Skinner. Considera las posibilidades de cambio de conducta en el actor durante su trabajo, y atiende los hallazgos que realizaban los terapeutas de la Gestalt.
Al regreso de Cuba Rodolfo Valencia se aplicó a profundizar en la bioenergética con varios terapeutas dedicados a esa disciplina en México. Su finalidad era liberar los medios expresivos del actor, como modo de desarrollo humano, no como cura. Para elaborar el material científico de sus propias investigaciones encontró valiosa información en los trabajos de investigación de William Reich - psicoanalista y discípulo de Freud, junto con Ferencsi -, que pone su atención en la estructura corporal.
La preocupación de Rodolfo Valencia estaba centrada en lo que observó en los pacientes que retenían la respiración para controlar sus emociones. Llegó a la conclusión que la retención del aliento contribuía a disminuir la energía del organismo al reducir sus actividades metabólicas, lo cual reducía a la vez la producción de la ansiedad. Por ello el primer paso de Reich en el procedimiento terapéutico consistía en hacer que el paciente respirara con facilidad y profundidad. (Tesis/160).
La obra de Reich encuentra su desarrollo en el "Reflejo del orgasmo", que permite que el organismo se "entregue" por completo a sus sensaciones orgánicas y a pulsaciones involuntarias. Por tanto, el movimiento del reflejo del orgasmo contiene inevitablemente la expresión de dar.
Rodolfo Valencia no encontraba en el psicoanálisis una respuesta a su búsqueda de la expresión del cuerpo que la bioenergética entiende como el medio para alcanzar la meta. Por esto se interesa por la respiración, el sentimiento y el movimiento por un lado; y al mismo tiempo intenta relacionar el funcionamiento energético actual con la historia de su vida. (Tesis/p.173)
Usamos la respiración consciente, dice Valencia, como nuestra herramienta básica, lazo de unión entre el ser y el otro. Vehículo de la conquista del presente, de ese instante que apenas nombrado ya es pasado, y que ofrece la única posible solución a la mecanización del actor y al misterio de la proyección del actor, lazo de unión entre este y el espectador, cuya mirada da sentido al acontecimiento. (Tesis/p.178)
La música es puntal en la experiencia sensitiva, estética; es análoga al contacto con lo vivo y se distancia del reino de las palabras, que aparecen como el eje del trabajo del diván psicoanalítico. El lenguaje verbal - repite en sus clases Rodolfo Valencia - oscurece a menudo el lenguaje expresivo, biológico. Reich habla de la orgonterapia, que observa la profundidad del ser humano biológico a partir de sus modos de expresión patológica antes de llegar al modo biológico genuino. (Tesis/186)
Sin duda se desentiende de la dualidad alma-cuerpo heredada, y se encuentra con la dualidad creadora del mundo de la cultura: mundo natural/conciencia de sí y del otro y de lo otro.
Rodolfo Valencia incursiona también en la búsqueda de los fundamentos para el trabajo grupal: la confrontación, el "asiento caliente" y la verbalización, asociadas al acto de percepción.
Finalmente, la característica dualidad texto teatral/teatro, que resume un antiguo dilema, orienta a Valencia hacia el estudio del lenguaje teatral que:
[...]se articula con toda acción física realizada por el actor en forma lúcida y consciente, lenguaje al servicio de la articulación y comunicación del contenido del discurso teatral y no como manierismo para la caracterización del personaje literario.
La producción a voluntad de los sentimientos necesarios.
El juego de las relaciones dramáticas en el espacio en que emanan en forma orgánica y no simplemente estética las imágenes teatrales.
Lenguaje que entra en contradicción dialéctica con el sentido literal del texto, volviendo visible lo invisible y dándole al espectáculo su carácter multidimensional. (Tesis/p.197).
El método de entrenamiento actoral estaba acompañado por otra actividad en los terrenos de la dramaturgia.
Dice Alejandro Bullé Goyri, uno de sus actores:
¿Cómo olvidar espectáculos como "El circo", "Rollo y desarrollo", "Los hombres de los bosques", "La mujer en el armario", "Estrellas para el desayuno", "El nudo", "El juego de tocar la luna" y otras obras escritas para el teatro de orientación campesina y para el Instituto de educación para adultos.
"El hombre Prometeo", obra que adaptó Rodolfo Valencia del "Prometeo encadenado" de Esquilo; "Trufaldino, servidor de dos patrones", y "La estrella de Sevilla" son experiencias escénicas que debemos a Valencia y que señalan el rumbo del teatro universitario.
Como director, siempre Valencia encaminaba el trabajo hacia una unidad conceptual. Y así, cuando realizó el "Prometeo encadenado" todo lo que ocurriera en escena debía encontrar su propósito en la siguiente frase:
"Para que la tortura del hombre por el hombre sea impensable".
MÉXICO, SEPTIEMBRE DE 2006
Herrera Flores, Iván, "Rodolfo Valencia en el teatro. Su trabajo y su método", Tesis, marzo de 2006.
Goutman, Ana, "Realidad y ficción del teatro latinoamericano", México, CECYDEL/ UNAM, 1992.
Valencia, Rodolfo, "La creación escénica" en Investigación teatral, en revista de la Asociación Mexicana de Investigación Teatral, México, junio 2004-junio 2005, número 6-7.
1. Este artículo, en recuerdo de Rodolfo Valencia, nacido en 1925, maestro de teatro y estudiodo de los modos de actuación, ha fallecido en julio de este 2006 en México. Volver
2. En lo adelante, las referencia "Tesis" remiten a: Herrera Flores, Iván, "Rodolfo Valencia en el teatro. Su trabajo y su método", Tesis, marzo de 2006. Volver