Escrito e interpretado por Andrea Juliá. Dirección: Horacio Medrano. 8 al 15 de noviembre
Escrito e interpretado por Andrea Juliá
Realización de elementos escenográficos: Martín Parede
Asesoramiento en flamenco: Perla Fernández
Asesoramiento en manejo de objetos: Itatí Figueroa
Escenógrafía, vestuario y utilería: Miguel Angel Nigro
Música: Gustavo Testa
Asistencia: Eduardo Grilli
Dirección: Horacio Medrano
Duración: 55 minutos
“Los textos se deshojan como la flor que se marchita en la espera del amor.
Una mujer se lanza al abismo del universo lorquiano, ceremoniosa y poética va por un laberinto de nostalgias y angustias. Como un ángel narra, canta, recita, grita, susurra la calamidad de la soledad.
Ella es canción, es hombre y es amante sin amante. Sus palabras se funden con la danza, y los objetos invaden la escena como pequeños trampolines invisibles a través de los cuales el duende juega con el amor desafortunado y desafía a la muerte.
En la piel de esa mujer habitan los fantasmas de los personajes del poeta que recitan sus últimas y solitarias horas.
La música hilvana los recuerdos que, como retazos deshilachados por la memoria, se mezclan con la poesía.
"… Un homenaje al poeta granadino recreando su universo mágico a través de un encuentro del duende con sus personajes…".
CELCIT. Temporada 2015 - 40º Aniversario
Porque protagonizamos vidas que no dirigimos, materializamos este hecho, doloroso y traumático, en una caja de representaciones que poder manipular. Así, director de teatro y actores como exterioridades físicas de procesos internos, mentales. Así, también, una iglesia para honrar los muertos y catalizar la tragedia ajena desde un ángulo personal, monogógico y femenino. Así, una mujer que es Rosita, pero en realidad no, porque la excede y la desborda. Una mujer que se rodea del universo garcialorquiano en temas y retóricas, en escenografía que es puesta en tres dimensiones de ilustraciones del autor español. Y las flores, el amor trunco que no prospera, la espera infinita hasta la derrota.
Maletas gigantes, equipajes de mano, cajas de sombreros, unas dentro de otras; lluvia de cartas de amor y flores falsas completan una escenografía que inspira el recuerdo de una época, los comienzos del siglo XX, y el perfume de un modo de sentir y vivir que enfrenta al público con la nostalgia del tardo romanticismo y el recuerdo de tanta muerte evitable.
En Abanico de soltera, accesorio de abandono y vergüenza, Andrea Juliá y equipo dan vida a un conmovedor espectáculo, íntimo y sentido, que rinde homenaje a la vida y la muerte, el arte y la belleza de G. Lorca; mixturando su biografía personal y sus circunstancias vitales y políticas, confundidas con sus obras y la existencia de sus personajes, con un fino trabajo de luz que es una clase técnica en sí mismo, expresivo, juicioso y detallista. Y también están los títeres, pasión del artista granadino, y la leyenda de la rosa mudable que condensa lo sublime y la muerte. Este abanico, que todo lo contempla y nada deja al azar, es un río de emociones, un largo poema que hace brotar lágrimas para alimentar el océano de bien sentir, común de una ideal comunidad humana
Medium. Medium. 16/11/2015
Inspirada en el universo lorquiano, Abanico de soltera nació como una performance de tres minutos, con música de Gustavo Testa y el último monólogo de Doña Rosita, la soltera. Era el examen final de una materia del profesorado de Expresión Corporal que la actriz Andrea Juliá cursaba allá por 2004. Ensayó su performance frente al director Horacio Medrano que, a su vez, vislumbró allí el germen de un espectáculo. Lo que ninguno de los dos imaginaba es que a diez años de su estreno, en 2005, aquella semilla se transformaría en un fenómeno teatral que ya cumplió 10 años. En ese tiempo transitó por 45 festivales, congresos y encuentros nacionales e internacionales y se alzó con más de 10 premios y nominaciones.
Para celebrarlo, los domingos de noviembre, en el Celcit, la actriz-medium sube una vez más a escena con este poema dramático para una sola voz y sus "textos deshojados para una Rosa granadina". Una dramaturgia escrita de su puño y letra a partir de los textos que dice el personaje Doña Rosita en la obra, y fragmentos de entrevistas a Federico, como a ella le gusta llamarlo, luego traducidos al inglés y al portugués.
"En el transcurso de todos estos años Abanico de soltera estuvo muy relacionada a mi aprendizaje como actriz. Me dio seguridad, por el hecho de estar sola en escena, y también me dio la tranquilidad de saber que nadie iba a decir lo que podía hacer, sino yo misma. Fue mi primera experiencia unipersonal, y también mi primer estreno como dramaturga. Por eso me permití darme tiempo y, luego, la obra me fue enseñando el resto", cuenta la actriz, docente especializada en técnicas corporales pero que también sabe de canto y dramaturgia.
Así, la mujer se lanza al abismo de ese universo lorquiano y avanza por un laberinto de nostalgias y angustias en torno de la soledad. "¡Sal de aquí! ¡Vete! ¡Huye! Ladrón de mis sentimientos, que me dejas cautiva de tu recuerdo, y no te tengo ni te tendré. ¡Malcriado! Sólo dame tu mano sudada, y llévame a tu costado".
En el transcurso de una década, Abanico de soltera recorrió escenarios de Brasil, Uruguay, España, Estados Unidos, Paraguay, Guatemala, Venezuela, Bolivia, México, Chile, Colombia, Cuba, y se convirtió en la propuesta más destacada de Teateatro, el grupo de teatro independiente que Andrea Juliá encabeza junto a Horacio Medrano, originario de Alberti, provincia de Buenos Aires.
La Nación. La Nación. 15/11/2015
Este año me encontré dos veces con el duende. Peregriné en enero hasta Granada, para caminar las calles del Albaycín, donde todavía resuenan sus pasos sobre los puentes del río Darro y ascendí la cuesta hacia la Alhambra, por cuyos jardines se paseó llenó de sueños. Visité su casa y entré a su cuarto de soltero donde encontró en los meses de verano la tranquilidad y la protección familiar para escribir sus obras de teatro. La segunda vez se me apareció de golpe, ni bien se apagó la luz y en el escenario lo sentí encarnado en el amor de la compañía Teateatro que lo lleva de la mano por distintos escenarios del país y del mundo desde hace diez años.
Un proyecto teatral que entreteje la vida de un poeta español y una actriz argentina. Un poema dramático encarnado en la voz y el cuerpo de Andrea Juliá. Tanta vida, tanto amor y tanta poesía traspasan la piel del espectador y llegan directamente al alma.
Abanico de soltera enhebra momentos de Doña Rosita la soltera y un homenaje visceral a los últimos años de Federico García Lorca. La actriz y autora del texto se pone en los zapatos de Rosita y de Federico, les presta su cuerpo y su voz, los convoca, y ellos se alternan sobre el escenario con sus propias expresiones y movimientos.
"-Yo lo sabía todo.
-¿Volverás?
- Sí, volveré"
Presa de esa promesa, la rosa granadina, como la rosa mutabilis, irá perdiendo su rojo que quema para ir poniéndose blanca como mejilla de sal.
"- Mujeres para la boda signadas por la espera del dìa del casamiento, razón de ser de la formación que han recibido. Mujeres de educación cursi, basada en el fingimiento. Mujeres que viven como si tomaran decisiones, como si fueran felices. Pero nada de eso es verdad. Mujeres que tienen las manos blancas, suaves, inútiles, acostumbradas a hacer flores de seda, o encajes, que no saben lo que es lavar la camisa de un hombre o los pañales de un niño."
El texto de Andrea Juliá dialoga con los textos lorquianos, se funde de tal modo que cuesta reconocer donde termina una voz y comienza la otra...
"- Y un día bajo al paseo y me doy cuenta de que no conozco a nadie; muchachos y muchachas me dejan atrás porque me canso, y uno dice "ahí está la solterona" y otro hermoso, con la cabeza rizada, que comenta: " a ésa ya no hay quien le clave el diente".
Y yo lo oigo y no puedo gritar, sino vamos adelante, con la boca llena de veneno, con unas ganas enormes de huir, de quitarme los zapatos, de descansar y no moverme más, nunca de mi rincón."
"Quiero huir, quiero no ver, quiero quedarme quieta, vacía, serena (¿es que no tiene derecho una pobre mujer a respirar con libertad?). Y sin embargo la esperanza me ronda, me sigue, me persigue, como un lobo moribundo que apretara sus dientes por última vez."
El drama de esa mujer sin misión, muerta en vida por aferrarse a una ilusión y moldeada por el corsé de la sociedad patriarcal parece muy lejos de la mujer contemporánea, sin embargo destila la esencia del destino trágico femenino.
La obra es una bella elegía, un altar, un homenaje a un poeta demasiado hermoso que mataron demasiado temprano. Y la pelota de angustia en la garganta de los que amamos al poeta desde la primera vez que alguien nos leyó sus versos o conocimos a sus personajes, se deshace en la belleza de la hermosa mortaja que nunca pudo ser velo de novia, solo espuma blanca de llanto para el muerto: "Lamento pobre y gitano. Lamento, lamento tanto. Dame tu mano sudada y llévame a tu costado. Poeta de las mujeres, de los niños, de los solos e indefensos que te entregaron canciones y te robaron pasiones".
Además de la exquisita actuación de Andrea Juliá, resultan un verdadero deleite el vestuario, escenografía y utilería de Miguel Ángel Nigro y la música original de Gustavo Testa. Todo ordenado en un montaje perfecto por su director Horacio Medrano.
Cuando terminó la obra, me acerqué timidamente a la actriz quien me saludó con un abrazo generoso y solo pude decirle "gracias". Esto es lo que todavía siento al escribir estas palabras.
Liliana Schwab. http://razondelgusto.blogspot.com.ar/. 24/10/2015
La autora y actriz Andrea Juliá propone un encuentro con el mundo poético de Federico García Lorca y lo hace a partir de redescubrir ciertos valores de la obra Doña Rosita la soltera . Su trabajo de dramaturgia irá describiendo algunos aspectos de la vida del autor español, que se confundirán, por ejemplo, con personajes o pequeños textos de la pieza, y con ellos irá construyendo un relato rico en imágenes y que conmoverá en más de un momento.
Juliá observa el mundo creativo del poeta y lo plasma en acciones concretas, sirviéndose de una serie de objetos que se multiplicarán en la escena y adquirirán múltiples sentidos. No se cuenta una historia de manera lineal; por el contrario, el espectáculo propone recorrer un camino de sensaciones que se irán aproximando a posibles momentos vividos por el autor granadino a lo largo de su vida y, particularmente, muchos que fueron determinantes para su creatividad. En esta elaboración tampoco faltan algunas declaraciones de Lorca muy elocuentes.
En lo interpretativo, la actriz es minuciosa a la hora de ir recorriendo el espacio escénico y encontrar, en cada pequeño ámbito que construye, una singular intensidad; también lo es cuando aporta materialidad a algunos objetos. Pero no siempre en su papel de relatora se anima a ir a fondo en su sensibilidad para transmitir sus emociones de manera más plenas.
Aun así, la experiencia resulta gratificante porque hay mucho cuidado en la investigación y en la construcción de un tiempo que destaca a Lorca y, desde la dirección, Horacio Medrano propone también un proceso dramatúrgico de acciones que brinda la posibilidad de potenciar las palabras y construir ricas imágenes.
Carlos Pacheco. La Nación. 29/09/2015
Si, Andrea Juliá aletea un abanico, habla con una muñeca, o escribe en agonía con esculturas de alambre. Esta camaleónica actriz argentina encarna a Federico García Lorca, el gran dramaturgo español y las voces de sus personajes en un rendimiento tour-de- force en “Abanico de Soltera”.
El andamiaje es fuerte. Un baúl, lleno con trajes y sobre él apiladas varias maletas y una sombrerera establecen el centro de la escena. En todo el espacio colgantes esculturas de alambre replican los grotescos dibujos de Lorca, tan misteriosos como el teatro del dramaturgo. En este contexto, Juliá (acento en la última sílaba), con un vestido de encaje beige recrea un collage de los más famosos roles femeninos en un monólogo dramático, escrito por la actriz. "Yo lo sabía todo" dice Juliá entones, como en la obertura de una composición musical cuidadosamente diseñada por ella, y se lanza a un arroyo conscientemente. ¿Qué hace Juliá para hacer este teatro tan poético y tan desgarrador? Usa los movimientos del cuerpo como un trascendente mimo.
Es 1934, dos años antes de su muerte cuando Lorca ha regresado de América del Sur a Granada, una de las más tradicionales de las ciudades de España. Allí, en su casa, Huerta de San Vicente, en Granada, nadie presta atención a la inminente guerra civil. Pero ahora y entonces durante su soliloquio Juliá nos recuerda de la violencia inminente mediante la elevación de un caminar con un palo como un rifle; y así oímos la cadencia de rat-a-tat del fusilamiento que terminó la vida de Lorca en 1936. Y pasa un escalofrío por la columna vertebral.
Pero es Doña Rosita, la Soltera, una de las obras menos conocidas, la que se convierte en imperante inspiración de Juliá. En esta obra, escrita en 1935, Rosita que se queda con el temor abrumador de convertirse en una vieja virgen. Para todos el tiempo pasa; pero para Rosita, sentada en su balcón viendo casar a sus amigas, la vida permanece estática. Finalmente solterona y avergonzada en Granada. Para ayudarnos a imaginar a Rosita como la "Rosa mutable", Juliá la compone con vida y con el habla dice acerca de "la rosa que se abre en la mañana… roja como rojo sangre, el rocío no deja tocarla por miedo a quemarse / hasta que se entrega en la oscuridad /y caen sus pétalos…." es un metáfora de la vida de Rosita. Y acompañada de guitarra flamenca realiza una elevada pantomima con rosas como accesorios y gestos expresivos que dan cuenta del envejecimiento de la rosa.
Juliá construye con intensidad interesantes imágenes de la realidad exaltada que el poeta habló en sus grandes tragedias. Ella nos dice que Lorca puso a todas las mujeres en el borde, oprimidas y maltratadas por la sociedad española. Mientras Doña Rosita cuyo novio nunca vuelve de América del Sur, representa la mujer abandonada; aparece la mujer estéril, Yerma, (de la obra Yerma) que anhela un niño y asesina a su marido. Y Bernarda, la tiránica madre de La casa de Bernarda Alba, excesivamente obsesionada con el deber de clase y de honor que destruye las posibilidades de felicidad de sus cinco hijas. Atrapadas por la circunstancias, todas estas mujeres han dejado su dignidad. Y, en última instancia, y con un velo blanco que vuela, Juliá por un momento fugaz se convierte en la Novia arrolladora de Bodas de sangre, que deja a su novio en las puertas del matrimonio. De este modo, la voz solista de la actriz en el monólogo, se convierte en todos los caracteres de Lorca. "Tu voz se mezcla con mis pensamientos," ella dice.
Juliá exalta el texto y eleva la pasión de Lorca por la vida. Nos recuerda, por ejemplo que es el poeta de los sueños, diciendo Lorca "utiliza el lenguaje de flores". Como un niño superdotado él representaba sus ilusiones con marionetas (esto explica a la actriz de conversando con una muñeca) para entretener a sus primos y compañeros y llevarlos fuera de la realidad. La diminuta tela de un piano nos recuerda el impacto de la música en la vida de Lorca. “Abanico de Soltera” está estructurada como una composición musical basada en un tema con variación. Los repetidos, "Yo lo sabía todo” son un motivo cautivante que sugieren el recuerdo de vida; ya que podría haber sido el sentido existencial del trágico paso del tiempo y la muerte. La frase abre y cierra la obra y enhebra todas las piezas.
En la dirección de Horacio Medrano se apoyan los valores de la producción. Zonas de luces y sombras refuerzan el texto de Juliá. Los accesorios son eficaces y simbólicos, como el uso de un réplica del reloj fundido de Salvador Dalí (desde su pintura “La persistencia de de la Memoria”) caído desde el baúl, un toque casi cómico. Y cuando la roja luz inunda el escenario para la representación del asesinato, el efecto es aterrador.
Todo un profundo tributo a García Lorca en 55 minutos de teatro exquisito, en última instancia estimulante.
RosalindLacy. Washington, Estados Unidos. 29/09/2015
¿El año? 1934. ¿El lugar? La casa de Granada. Allí está Rosita, contemplando las mismas nubes mientras que el resto del mundo se transforma. La persistencia de la memoria es la persistencia de Rosita en su condición de la mujer a la espera del hombre que pedirá a ella en unión y cambiará su vida. Mientras que el amado no llega, el reloj de Dalí indica las horas en medio de los devaneos del personaje.
La soltera Rosita es la protagonista de la pieza de “Abanico de Soltera”, del grupo TEATEATRO de Argentina, presentado en esta noche en TheatroTrezze de Maio. El personaje es como “una rosa mutable”. La metáfora de la rosa que se modifica a través del día representa la vida de la propia Rosita. Al amanecer, lleno de vida y colorido, a través del día sigue siendo intocable y en la noche pierde sus pétalos.
En algún momento la actriz Andrea Juliá de Argentina convierte a su personaje parte del universo lorquiano, mientras que en otros es el poeta mismo. Las conversaciones íntimas, que revelan los pensamientos del poeta y dramaturgo Federico García Lorca, se mezclan entre Rosita y la muñeca - una representación del alter-ego del autor.
Creación y creador se funden. Rosita es también García Lorca. En un período conservador, el poeta desafió la ideología dominante con sus palabras y su comportamiento homosexual. Su situación de oprimido lo acercó a la condición de la mujer, expresada en sus personajes femeninos.
Entre un baúl, cartas, rosas blancas y rojas, las detonaciones del polvo en las calles señalan la inminencia de la guerra civil española que tarda dos años en llegar, mientras Rosita pasa sus días.
El espectáculo trae un texto construido de los fragmentos de la obra de García Lorca, como Doña Rosita, la soltera; Yerma; La casa de Bernarda Alba y Bodas de sangre. La historia se cuenta en forma de secuencia fragmentada donde la interpretación hecha por Andrea Juliá da forma a la magnitud del mundo de Lorca por medio de gestos corporales que vienen del alma.
Al son de una guitarra española, la figura del duende granadino se hace presente a través de los poemas.
Las palabras del autor, según director del espectáculo, Horacio Medrano, hablan del valor de la vida, no de la muerte. El director afirma, que el teatro es un buen lugar para militar por la vida, sin las armas.
En 1936, la guerra civil españolahace de García Lorca una de sus primeras víctimas. Aunque su muerte es retratada en la pieza, es un el homenaje hermoso a la vida del poeta que está en la persistencia de la memoria.
Un homenaje que hizo que esta noche viviera un poeta.
Sarah Quines. Santa María Brasil. 18/06/2010
con Claudia P. Muñoz (Colombia)
5 de marzo al 21 de mayo
Miércoles de 9 a 11
con Cintia Miraglia (Argentina)
6 de febrero al 27 de marzo
Jueves de 11 a 13
con Teresita Galimany (Argentina)
8 de abril al 25 de noviembre
Martes de 19 a 21
con Teresita Galimany (Argentina)
12 de marzo al 2 de julio
Miércoles de 19 a 21
con Javier Swedzky (Argentina)
Empezá hoy
40 minutos de video tutorías + ejercicios
con Teresita Galimany (Argentina)
10 al 14 de febrero
Lunes a viernes de 15.30 a 17.30
con David Gaitan (México)
5 de agosto al 9 de septiembre
Martes de 15 a 17
con Ariel Davila (Argentina)
6 de febrero al 13 de marzo
Jueves de 19 a 21