De Mariana de Althaus (Perú). Dirección: Claudia Quiroga
6 de abril al 27 de julio
De Mariana de Althaus (Perú). Dirección: Claudia Quiroga. Entrevistas e imágenes del espectáculo
Mariana de Althaus (Perú)
Con
Micaela Arditi
Mariana Arrupe
Agustina Barach
Camila Carreira
Yesiré Carrillo
Verónica Heguy
Sibila Herrera
Flor Lamas
Karen Mechoulam
Dulce Huilen Azul Ramirez
Lucía Snieg
Ornella Steffanazzi
Diseño sonoro: Lucía Snieg, Ornella Steffanazzi
Dispositivo escénico y luces: Fernando Díaz
Fotos: Hernán Soma
Prensa: Ayni Comunicación
Asistente: Lidia Volpe
Producción ejecutiva: Sandra Posadino
Producción general: Las Chicas de Blanco
Dirección: Claudia Quiroga
Duración: 80 minutos
CELCIT. Temporada 2013
Lo único permanente en la vida de Lunar es Efímero, su gato negro. Pero se ha fugado y vagar por las calles tras él se convertirá en una manera de construir puentes entre mendigas, mozas, vecinas, peinadoras, psicoanalistas, antisociales... y mujeres maravilla.
La soledad de la pérdida, el extrañamiento, el adiós, ¿darán inicio a la pregunta?
¿Qué busca Lunar? ¿Qué buscamos tras ella?
El periplo puede durar un instante y esperamos no pase desapercibido si la contingencia y la decisión nos atraviesan en el juego de vivir, intensamente.
¿Es el gato algún ideal perdido o un sueño por cumplir?
MARIANA DE ALTHAUS (Lima, 1974). Es dramaturga, directora y profesora de teatro. Con “Efímero” logró el tercer puesto en el Concurso de Dramaturgia Peruana Ponemos tu obra en escena de 2007, organizado por el Centro Cultural Peruano Británico. Tres años después, en este mismo certamen conseguirá el primer puesto con “Entonces Alicia cayó”. Es una de las dramaturgas más prolíficas de Perú y autora de obras como “En el borde” (1998), “Los charcos sucios de la ciudad” (2001), “El viaje” (2001), “Princesa Cero” (2001), “Tres historias del mar” (2003), “Vino, bate y chocolate” (2004), "Volar" (2004), “La puerta invisible” (2005), “Ruido” (2006), “La Mujer espada” (2011), "El lenguaje de las sirenas" (2012).
Varias de sus obras forman parte de la colección Dramática Latinoamericana del CELCIT.
Maravillosa esta historia de Mariana de Althaus… un camino de mujeres en busca de Efímero con pretensiones de permanencia…. no lo efímero, no algo efímero….
¿Quién es Efímero y porqué lo buscan todas?…. y el lugar y el trabajo y el peinado y todo es un viaje con voces que claramente podemos mapear en distintos lugares de Sudamérica.
Preguntas en el camino y claro: Efímero es un gato… el gato de Lunar, tan femenina, y Efímero no permanece quieto, y cada encuentro con las mujeres de su camino algo se descubre de él y mucho de ellas, de sus sueños, de sus dolores, de sus miedos…. la vida es un viaje de lo que pensamos permanente.
Tan linda, tan bien puesta, tan amable, que en la hora y largos diez minutos que dura a nadie se le ocurre moverse ni un poco, todos quieren saber como termina. Aunque todo el mundo sabe como terminan estas cosas y tal vez el camino sea lo más importante.
Es un gusto ver tantas actrices buenas juntas en un mismo espectáculo, tantas voces americanas de distintos lugares, tantas personalidades distintas juntándose a ser una misma.
Muy bien coreografiado, con la dificultad que trae tener tanta gente junta en un espacio mediano, el trabajo en varios planos da la impresión de un carrusel de juguete. Lindas canciones, ternura, pasión, compasión y una dosis de fino humor…
Las ideas de vestuario y maquillaje muy buenas.
Los toques de escenografía insertos en esta historia parecen prácticos y bien aplicados… La iluminación está muy bien lograda.
Para zambullirse en la ternura y el buen gusto.
María Inés Senabre. Espectaculosalamod's. 20/05/2013
“Efímero” plantea desde el vamos (incluso antes de comenzada la obra, a través del título) la eterna disputa entra la perpetuidad y la fugacidad. La obra se propone incurrir en una duda metafísica y existencialista que ha atormentado a filósofos y eruditos de todas las épocas. Pero dentro de la misma también fluyen de manera natural un abanico cuestiones en las que las que el ser humano aún hoy en día no ha encontrado respuesta y afecta a la sociedad en su todo, solo que la mayoría ni siquiera se percata de ello.
El disparador es un gato de nombre homónimo a la obra, el cual es la representación de la disputa en cuestión. El animal representa todo aquello estable y perpetuo en la vida de Lunar, la protagonista, y su escape será el puntapié inicial para un viaje real e introspectivo que hará la misma en busca de respuestas, que la estática cotidianeidad en la que vivía no se lo había permitido. En ese trayecto en busca de recuperar aquello a lo que consideraba eterno, Lunar recorrerá un camino de ida hacia el encuentro con la fugacidad de la felicidad y de los tiempos modernos en los que la sociedad actual se ve inmersa, hacia la percepción que tienen los demás sobre ella y sobre todo hacia la percepción que ella misma posee de sí. Desenlace y final se prestan para apreciaciones subjetivas pero con un mismo objetivo plantar en el público una duda. Todos somos de alguna manera lunar, todos formamos parte de la vorágine social donde correr la vista de nosotros mismos y mirar al otro por más de un segundo es un pecado. A veces la fugacidad suele ofrecernos una mayor cantidad de respuestas, nos hace sentir algo más parecido a la felicidad, nos permite valorar más cada momento. No obstante la teoría es mucho más fácil que la ejecución practica.
Si pudiéramos representar a la obra como un elemento físico diría que es una sucesión de fotos, las cuales se van intercalando a través de los actos y representan situaciones paradigmáticas de la vida. Es que Efímero no es una mero ensayo metafísico con enumeración de hechos y su posterior ejemplificación. Cada acto tiene vida propia, es dinámico y estático a la vez, es representativo e indiferente por igual, es real y exagerado al mismo tiempo. La mayor cualidad de Efímero es que es una obra compuesta por muchas obra, donde cada se acto se construye asi mismo, y luego confluyen todos hacia el resultado final.
La alternancia del protagonismo, entre el calificado elenco de señoritas, genera varios efectos interesantes. En primer lugar la obra cobra una dinámica que favorece su seguimiento, y además permite la aplicación de histrionismo, melancolía, satirizacion, euforia en dosis justa de acuerdo a lo que el momento requiera. Por otro lado permite el lucimiento de todas y cada una de las actrices que forman parte del Staff. No encasillar a las intérpretes en un único y absoluto personaje favorece el desarrollo artístico de cada uno y la versatilidad para encarar diversas situaciones. La elección de la intérprete de cada acto no es algo librado al azar. Pero el efecto más importante que se genera es que dicha alternancia favorece la representación con el espectador, donde percibimos que si cada actriz es una parte del rompecabezas que compone la personalidad de Lunar de alguna manera una de esas partes también compone nuestro propio yo.
Mención aparte para la puesta en escena que aprovecha al máximo los recursos con los que cuenta. Una acertada apelación a los sentidos con ruidos, miradas, gestos, instrumentos y sobretodo silencios que logran generar el clímax necesario desafiando a aquellos que creen que la única forma de mantener al espectador en vilo es con luces de neón. A falta de telón, el espectáculo utiliza cortinas musicales desarrolladas en vivo y algunas coreografías que permiten dividir los actos de la obra en una transición armónica convirtiendo a las actrices en polifacéticas. Delicias del teatro under que no se deben dejar de mencionar. A veces menos es más.
Efímero es un viaje de ida hacia la introspección, con un ritmo ágil y la posibilidad de reunir un abanico de interpretaciones. Paradójicamente Efímero no logra ser efímero, sino que yace plácidamente en el subconsciente del espectador dispuesto a salir en cualquier momento.
Alejo Rial. Espectáculos de acá. 20/05/2013
“Efímero” (sugerente y muy interesante titulo) es el resultado de una combinación artística de por más llamativa. En esta pieza de una de las dramaturgas más importantes e influyentes del Perú, Mariana de Athaus, se reúne a doce jóvenes actrices y músicas de Buenos Aires, del interior del país y del extranjero. Fiel ejemplo del bienvenido intercambio cultural, al cual, el Celcit nos tiene acostumbrados. Debo admitir que es mi primera vez en este espacio, y la sala que alberga esta obra, es realmente la propicia para hacerlo, ya que nos ofrece la visión desde dos plateas, haciendo que la obra sea “circular”. Dando el espacio necesario, para que este grupo de artistas pueda desenvolverse con libertad y que utilicen al máximo él mismo.
¿Qué es Efímero?, o mejor dicho ¿Quién es Efímero?; vamos a realizar una descripción más simple o quizás más banal de la situación que nos plantea la autora peruana, es el gato negro que la protagonista perdió. Por ende veremos a Lunar, nuestra desesperada heroína, buscarlo por todos los rincones e inclusive dentro de su más intimo ser.
Los más insólitos y solitarios personajes se cruzarán por la vida de Lunar, mendigos, peluqueros, mozas, hasta su particular psicóloga, personaje que definitivamente marcará el final de este momento efímero.
La pieza de la autora, obviamente juega con infinitos mensajes que van más allá de la anécdota, obviamente que cada espectador les pondrá un significado, ¿es realmente efímero un gato? En este aspecto radica lo importante de la obra, en lo sentimental, en lo espiritual, en la importancia de sentirse escuchado, querido, acompañado.
La obra está dirigida por Claudia Quiroga, quien logra tomar la esencia de la pieza y la desarrolla correctamente en la puesta y sobre todas las cosas en la dirección de las actrices. Un punto a favor y algo llamativo, es el elenco elegido, sus caras (todas ellas muy expresivas), donde las características étnicas de cada una de ellas, forman un paisaje increíble.
Las Lunares, ya que las actrices se van rotando en las interpretaciones, y de cierta manera la protagonista tiene la cara de las doce actrices; desarrollan, cada una de ellas, un muy generoso trabajo y también teniendo su momento de destaque todas. Esta obra, sí se puede considerar como un trabajo conjunto, en equipo, ya que justamente la puesta y el transcurso de su narración están marcados de esa manera.
En conclusión, “Efímero” es una obra sumamente cálida, interesante desde el planteo que nos hace y cuestiona, donde un grupo de artistas sobresale, debido a su ductilidad y calidad interpretativa.
Gustavo Scuderi. Red Teatral. 15/05/2013
"Todo es efímero como el arco iris" - Virginia Woolf
El argumento de Efímero es tan sencillo y complejo a la vez como la vida misma.
Lunar ha perdido al compañero de su vida, su gato Efímero, un gato negro ¿o azul? que ha decidido ir en busca de su propio destino. Ella sale a la calle intentando encontrarlo, en el camino irá conociendo a distintas mujeres con diferentes profesiones que a su vez estan en su propia búsqueda interior. estas le irán aportando pistas acerca de donde está el ansiado objeto de su deseo. ¿Qué es en definitiva lo que busca Lunar?
La propuesta es coral, fruto de un gran trabajo de equipo. La directora, Claudia Quiroga, ha decidido que Lunar sea interpretada por cada una de las doce integrantes del elenco y que a su vez cada una sea esa mujer con la que la protagonista se cruce. Esto a simple vista parece muy complicado pero el gran trabajo de dirección de Quiroga lo convierte en una creación diferente y fácil de visualizar. Las doce actrices son protagonistas y le imprimen al personaje principal su impronta personal. Es una puesta muy creativa porque hay una utilización corporal intensa ya que no solo está a disposición de los personajes sino también es un lograda herramienta para conferirle sonido a la obra.
La puesta en escena, luces, vestuario, maquillaje y la escenografia es totalmente adecuada para lograr la ambientación ideal de Efímero. Hay un uso completo del espacio por parte del elenco, la sala del Celcit es el ámbito perfecto para esta representación. La musicalización esta a cargo de las actrices quienes interpretan temas de su propia autoría acompañadas de un cuatro venezolano, bongó e instrumentos no tradicionales.
Efímero nos propone disfrutar de una maravilloso espectáculo que toma cuerpo a través de doce jóvenes, hermosas y talentosísimas actrices que entregan todo sobre el escenario, nos hace reflexionar sobre lo fugaz de la pasión, el amor, las relaciones humanas y de todo aquello que buscamos, anhelamos o que pasa por nuestras vidas marcándonos para siempre y modificando nuestra existencia. Dámucho gusto ser espectador de un hecho teatral que derrocha originalidad y talento.
¡Altamente recomendable!
Andrea Alejandra González. Pidma. 09/05/2013
En Efímero la busca de una mascota sirve de disparador para dar lugar a una reflexión sobre la finitud existente, pero difícil de reconocer, en las relaciones que mantenemos con nuestros seres más queridos.
Luego de un simpático llamado a la solidaridad para apagar nuestros teléfonos celulares, las luces de la sala del CELCIT se apagan para dar comienzo a la función. Podemos oír un maullido felino y, acto seguido, un conjunto de sucesivas pisadas y zapateos. Pareciera que un grupo numeroso está intentando alcanzarlo.
Entran doce mujeres a la escena. Todas comparten la cualidad de llevar el mismo atuendo: sobretodos marrón claro y zapatos que destacan por sus suelas estrepitosas. Una de ellas, Lunar, está guardando sus pertenencias, acompañada por su vecina que le aconseja que llevar consigo. Todo indica que va a transitar un largo viaje. Hablan sobre un gato llamado Efímero, del que Lunar es dueña y al parecer ha desaparecido recientemente. Está preocupada por su partir, inesperado y sin la posibilidad de poder haber dicho adiós. Tanto es que le importa su gato que decide salir con poco equipaje: una mochila con su muñeca de la Mujer Maravilla colgando detrás.
Conforme el desplazamiento físico de Lunar iremos descubriendo a otras mujeres de su mundo. Mozas, lustra botas, prostitutas, peluqueras y hasta su propia psicoanalista serán las encargadas de hacer que la travesía de la protagonista también sea emocional y de aguda reflexión. Todas ellas han sufrido pérdidas, añoran a distintas personas, analizan el campo sentimental desde perspectivas bien distintas; lo que desembocará en una deconstrucción de la mujer –y por qué no, del hombre- en lo referente al apego experimentado en las relaciones humanas más profundas.
El recorrido estará acompañado de una modesta pero eficaz iluminación (a cargo de Fernando Díaz), que enfatizará los aspectos más relevantes de cada escena, y un más que logrado trabajo de musicalización en vivo desarrollado por las mismas actrices, como Lucía Snieg y Ornella Steffanazzi. Con tan solo un ukelele, bombos y bidones de agua mineral se consigue un acompañamiento preciso a canciones que hablan sobre la pérdida y el amor en general. Cierra el conjunto el pintoresco acordeón, interpretado armónicamente por Flor Lamas.
Cabe destacar que la interpretación de Lunar en esta obra es móvil, es decir, a medida que la obra va avanzando la mencionada mochila va cambiando de propietarias. Pareciera que la intención de la directora, Claudia Quiroga, al tomar esta curiosa decisión es poder demostrar que todas las mujeres en ese mundo han ocupado distintos roles a lo largo de su vida, tanto el de despechadas o miserables como el de mujeres maravilla. Lo logra con creces, y permite que el papel protagónico de alguna manera se democratice y demuestra el potencial de todas las actrices.
Esta adaptación del texto de la peruana Mariana de Althaus tiene el poder de dejarnos pensando. Al transcurrir los minutos dentro de la sala escuchamos un interesante planteo acerca de la pasión: es efímera. Lo que nos llevaría a afirmar que la pareja ideal no existe, y mucho menos en forma permanente. Pero también se da a entender que son esos momentos fugaces los que tienen la capacidad de otorgar mayor significado a toda relación que nos resulte valiosa, dejándonos inolvidables recuerdos, y haciendo que la misma fugacidad pase a ser duradera.
“Efímero es bueno y astuto. La primera vez que vi sus ojos de gato astuto le entregué mi corazón” dice Lunar. Tiene miedo de perderlo, extraña su permanencia y no quiere volver a depender de nadie que no sea él. La libertad implica un comienzo, y eso la paraliza. Si en verdad llega a desaparecer, necesita despedirse, darle un cierre a una etapa tan significativa. Es ante declaraciones como éstas que el espectador se da cuenta de que Efímero no es sólo un gato, sino que puede ser cualquiera: un amor, un amigo, un pariente cercano o hasta un ídolo que nos deja; pensándolo nosotros como inalterable. “La vida es una distracción permanente que ni siquiera permite tomar conciencia de aquello de lo cual distrae”, bien supo escribir Kafka. Hasta que ‘aquello’ nos abandona, podríamos agregar.
Nicolás Gallardo. Escrituras Indie. 03/05/2013
Efímero es una palabra, que a pesar de contener un concepto muy claro, no deja de tener cargas pesadas de connotación.
Y sorpresivamente, en esta obra, Efímero es un gato. Una mascota que abandona a su dueña y desencadena una serie inquietante de búsquedas. En el peregrinar de la protagonista hay muchos encuentros que despiertan nuevas indagaciones, que abren nuevos interrogantes.
Una obra experimental desde lo escénico, una puesta coreográfica y un texto coral, increíblemente bien ensamblado por una dirección maravillosa. Las doce actrices en escena, encarnan a la protagonista en algún momento del trascurso de los 80 minutos, provocando que uno pueda identificarse o resignificar cada encuentro como propio. Las actrices además cantan aportando con diferentes estilos de canciones un timming que mantiene la atención y la tensión del espectador.
El texto habla de pérdidas y búsquedas constantes. Y en el devenir de la obra Lunar, el personaje, se cuestiona cosas, se replantea otras, se pierde, hasta que finalmente encuentra una respuesta, que yo sentí sumamente turbadora.
Descubre que es libre. Y en el momento de ese EUREKA, se pregunta: “ahora qué hago con tanta libertad.”
Pero ese no es el final. No lo contaré pero es inesperado. Me sacó de clima, aunque es perfectamente explicable. Y definitivamente potencia, y provoca que te vayas con más preguntas.
La propuesta es altamente recomendable. Que no te tire para atrás lo de experimental, no necesitás saber de teatro, ni nada. Es un texto encarnado en doce actrices que han encontrado el equilibrio justo en escena, y que permite preguntarte sobre todas esas cosas de la vida, en las que a veces te encontrás muy solo, y sin respuesta.
Javier Varela. Viendo Teatro. 02/05/2013
A días del estreno de Efímero en el Centro Latinoamericano de Creación e Investigación Teatral, conversamos con su directora Claudia Clo Quiroga y con la actriz Lucía Snieg.
Puesta en Escena -¿Cómo elegís Efímero? ¿Qué cualidad de la obra te sedujo?
Claudia Clo Quiroga -Cuando leí hace un par de años Efímero, de la peruana Mariana de Althaus, sentí que era un texto coral, donde el entramado de melodías actorales podrían ser interpretadas por un grupo de jóvenes mujeres. El impulso que me llevó a elegir este texto es la curiosidad sobre los girones de la vida de una simple mujer en su búsqueda, que podría resultar la de todas. Además, ese impulso se consolidó con los deseos personales: volver a dirigir en el CELCIT, espacio en el que integro el grupo de gestión de sala, los amores de los que una debe aprender a despedirse y los anhelos incumplidos.
-¿Fue fácil decidir el elenco que además es numeroso? ¿Cómo se arma ese conglomerado multicultural pero latinoamericano?
C.C.Q. -Desde hace 6 años coordino el taller El cuerpo en la escena en el CELCIT, espacio en el que me centré en el entrenamiento corporal expresivo para la actuación. En este marco, fueron transitando actrices y actores, músicxs, docentes, artistas varios y todx interesadx en el tema, en busca de un grupo de trabajo en el que pudieran experimentar el cuerpo de manera integral y aplicada directamente a la escena, en donde el punto de arranque fueran, precisamente, las dificultades a la hora de actuar. Bloqueos, tensiones, pasaje hacia la textualidad, calidades de movimiento, etc., fueron algunos de los temas abordados. Además, implementé la experimentación de los recursos plásticos para la puesta en escena corporal en relación a la fisicalidad individual, lo cual sentó las bases de un dispositivo escénico en permanente transformación en el escenario.
Plegándome al espíritu de intercambio de profesionales de los países iberoamericanos que prevalece en los cursos y talleres del CELCIT, decidí integrar a varias mujeres que en algún momento conocí en situación de estudio, porque creo que la pluralidad de lenguajes culturales enriquece la creación y establece nuevos intercambios.
El grupo de doce actrices está integrado por una brasileña, una venezolana, una pampeana y varias del conurbano bonaerense, quienes traen realidades del hacer actoral propios.
-¿Qué tan complejo fue trabajar las diversas capas de lo corporal, textual y musical que la obra comprende?
C.C.Q. -Efímero, está pensado para ser interpretado por "todas siendo todas". La protagonista, Lunar, es rotativa (a manera de posta) y cada una de ellas dará cuerpo a cada una de las mujeres con las que se encuentra en su periplo. Momentos corales que se despliegan en su amplitud en forma de ecos.
El trabajo de montaje surgió del entrenamiento corporal expresivo, punto en común de lenguaje que nos permitió abordar de manera lúdica, eficiente y económica una puesta ágil, musical y de multiplicidad de sentidos.
Dos meses intensos de ensayos diarios que denominamos “entrenamiento maravilla”, donde desde el primer encuentro fuimos incorporando pequeños elementos, generando en la intimidad de cada una lo que denominamos “vestuario power” (trapeado que alude a la Mujer Maravilla) En síntesis: nos empoderamos!
El diseño sonoro está a cargo de dos de las jóvenes actrices músicas (18 años), quienes también se están encargando del entrenamiento rítmico y vocal. Se ejecutan instrumentos que acompañan canciones o musicalizan situaciones con cuatro venezolano, percusión y acordeón. Todas aportan sus saberes generosa y amorosamente, en el intento de no prevalecer jerarquías que aplanen la creación.
Hay una capa más que se despliega en ese proyecto y es el diseño plástico. Casi accidentalmente, en la preproducción de Efímero me fui cruzando con distintos objetos que hoy son parte de la puesta en escena. Objetos sin significante directo con este texto, pero que la ocasión los convocó en este espacio. Ejemplo: hilos viejos enmohecidos encontrados en la calle y muchas partes de muñecas rotas. El dispositivo escénico es simple pero diseñado para ser sonorizado y se completa con escasos elementos de utilería.
Por eso, considero que mi trabajo de dirección está para orientar la acción dramática, organizar y editar los contenidos espaciales músico corporales que se van desplegando.
-¿Cómo se arma un proyecto con doble responsabilidad, actoral y musical?
Lucía Snieg -En mi experiencia, es más sencillo encarar los dos papeles a la vez, porque como actriz puedo ver, a nivel musical, qué necesito como estimulo para que en mi escena pase lo que tiene que pasar. Y en base a lo que necesitan mis compañeras, en las suyas investigar de qué maneras puedo usar instrumentos y nuestros cuerpos para ayudarlas a crear el ambiente necesario para que la obra fluya.
-Es muy importante el espacio del debut, decir CELCIT es decir calidad, trabajo, esfuerzo, trayectorias, la imagen de Gené impregnando el espacio. ¿Cómo es para alguien tan joven este desafio? Aunque uno puede ser muy joven y estudiar teatro desde siempre.
L.S. -Para mi es un honor. Estudio teatro en el CELCIT desde hace varios años y siempre soñé con el día en que pudiera pisar ese escenario más allá de las clases. Por otro lado, siento que es una oportunidad y responsabilidad enorme, sobrevolar las pisadas de gente tan grande para el teatro, como Gené, entre otros.
-¿Qué paradigmas consideraste a la hora de las elecciones en torno a la música?
L.S. -La partitura musical de la obra, como la partitura corporal, la fuimos desarrollando a través de la investigación en el escenario, poniendo los cuerpos en acción y sonoramente viendo que necesitábamos para ayudar a que pase lo que tiene que pasar en la obra. Con mi compañera Ornella Steffanazzi, fuimos armando un recorrido sonoro de la obra, tanto rítmico como melódico, que no solo acompaña, sino que también ambienta las escenas creando una atmósfera mas efímera- utilizamos una amplia gama de instrumentos que no necesitan ser amplificados: cuatro venezolano, acordeón, bongos y otros de percusión.
-¿Cuánto de enriquecedor es para un artista conformar un grupo heterogéneo y a la vez con la misma intencionalidad artística?
L.S. -Es muy enriquecedor, no solo a nivel actoral, si no también personal. Uno aprende mucho de las formas que tiene cada una al momento de ponerle el cuerpo a una escena. No sólo porque cada una viene de una ‘rama’ distinta de la actuación, tanto sea clown, comedia, drama; si no por las distintas maneras de decir las cosas, el habla, la tonada. Estamos todas muy permeables a poder tomar lo que nos gusta de lo que vemos en la otra, y creo que ese es uno de los aprendizajes más importantes que podemos ejercer.
-En pocas palabras ¿qué esperan de Efímero? La afluencia de público y el crecimiento de todas lo doy por descontado.
Claudia Clo Quiroga -Llegó el momento de crear ramas de la agrupación, encontrar caminos que hagan enriquecer la búsqueda en pos de la creación colectiva, por eso la producción está a cargo de un grupo estable, Las Chicas de Blanco. Luego de casi 15 años como dúo, sentimos que es necesario fortalecer lenguajes con compañeras jóvenes, con la avidez de formarse hacia el trabajo grupal. Un deseo: que Efímero sea un espectáculo para seguir preguntándome y preguntándonos.
Lucía Snieg -Personalmente, espero que Efímero irrumpa, que revolucione, que deje una huella en todo aquel que la viene a ver, que se queden pensando y que se entreguen a este mundo que creamos en el escenario estas doce mujeres con ganas de contar una realidad.
Teresa Gatto. Puestaenescena.com.ar. 29/03/2013
con Alejandra Chamorro
8 de abril al 27 de mayo
Martes de 19 a 21
con Gustavo Schraier
10 de marzo al 30 de junio
Lunes de 9 a 10:30
con Debora Astrosky
5 de marzo al 18 de junio
Miércoles de 19:30 a 21:30
con Cintia Miraglia
6 de febrero al 27 de marzo
Jueves de 11 a 13